LA MALA SUERTE

En la  casa de la Familia Montenegro, Rafael, el único hijo de esa casa era tan feliz y contento así como él decía: "Me siento contento y orgulloso porque nací en el seno de esta cariñosa familia" . Su mama era una mujer con el pelo rizado, unos ojos Negros y muy lista. Era una persona muy ambiciosa, con un carácter muy fuerte y siempre tomaba una actitud fría, dura y muy espantosa con toda la gente de su lado. Es muy extraño entender a una mujer así porque en su alma era otra persona que no tenía valor para enfrentarse con su propia persona. En cambio su padre era un hombre alto con una frente ancha y unos ojos tiernos llenos de delicadeza. Era tan bueno como el pan de Dios, porque le gustaba ayudar o las personas pobres, sin pedir nada a cambio. Toda la gente lo llamaba "el curandero", o "el padre santo". Rafael, el hijo que tenía dieciocho años era como su padre, la misma cara, los mismos ojos, la misma sonrisa. En la casa se ​​sentía el olor de la espera. Rafael se preparaba para un examen muy importante para aprobar los estudios de Medicina. Todo el tiempo estaba estudiando y se sentía muy nervioso. Su mama estaba preocupada por el futuro de su hijo, en cambio su papa tenía confianza en él y en su capacidad. Los días pasaron y el día del examen llegó. Rafael no pudo dormir en toda la noche por culpa de los nervios y se fue muy temprano. Siendo Sacerdote su papa le dio la bendición antes de irse y rezó todo el día en la iglesia. El tiempo pasó y un día sonó el teléfono. Su mama contestó y de repente se desmayó. Había aprobado el examen. Después de que se despertó del choque besó la frente de su hijo y le dijo muy segura de si misma: "¡Estoy muy orgullosa de ti y de tu éxito".

Los padres de Rafael le organizaron una fiesta por aprobar los estudios de Medicina. Todos sus amigos estaban presentes y la casa estaba llena de gritos de felicidad. Cuando vino el pastel todo el mundo cantaba excepto un viejo vestido de negro y con una cara espantosa que se quedó sentado en una silla mirando la fiesta con una sonrisa rara. El viejo tenía un alma oscura y esto se veía desde lejos. El hombre se levantó de la silla y desapareció. Los padres de Rafael se fueron al aeropuerto para llevar a la novia de Rafael que se había mudado a Inglaterra hacía dos años. Él creía que ella no volvería nunca y que su relación se había terminado definitivamente. Cuando ellos se estaban preparando para irse, el hijo del viejo llegó a la fiesta. Al entrar por la puerta de la casa vio a su padre de rodillas debajo del coche. Al principio ni se dio cuenta de lo que hacía su padre y le preguntó qué pasó. El viejo contestó que   estaba buscando un anillo que se le había perdido. Los padres de Rafael subieron al coche y en el camino hacia el aeropuerto tuvieron un accidente. Después del accidente, Rafael se quedó huérfano y esto lo supo el viejo porque los parientes de la mujer se lo comunicaron. Él se dio por enterado pero les hizo saber que a todos los efectos para él su sobrino estaba tan muerto como sus padres. Abundantes lágrimas brotaban de sus ojos y corrían por su hermosa cara. Parecía que iban a ahogarle los sollozos y se echó por el Suelo, cubriéndose el rostro con ambas manos y exhalando profundos gemidos. El niño del viejo viendo el drama de Rafael recordó que vio o su padre cerca del coche antes del accidente. En ese momento se dio cuenta de lo que había pasado, pero tenía miedo de decir la verdad y traicionar a su padre. Después de tiempo el niño asustado fue a la casa de Rafael y le contó qué había pasado en realidad. Rafael no tenía palabras, no creía que su propio tío pudiera matar a sus padres. El viejo era el hermano de su mamá y sentía envidia de ella porque era rica. Rafael fue la policía junto con el hijo del viejo y contaron lo que pasó con la señora y el señor Montenegro. El viejo fue capturado y su hijo se quedó más tranquilo por lo que acababa de hacer.

Al final Rafael entendió que no tiene que confiar en nada ni en nadie, solamente en su propia persona. Él se sentía culpable pero no tenía cómo impedir lo que había pasado porque el hombre no es capaz de cambiar el destino que es como un titiritero que controla nuestras vidas.