Querida amiga


¿Cómo estás?
Acabo de recibir tu carta y te agradezco tus felicitaciones. Anoche mis padres organizaron una fiesta para festejar mi cumpleaños. No me he enfadado porque no has podido venir .No pasa nada, lo he entendido en la carta que me enviaste.
Yo estoy bien, gracias. Estoy en la escuela, con las tesis y espero con impaciencia el viernes porque estoy muy cansada de ayer cuando festejé mi cumpleaños. Lo bueno del viernes, cuando sales de casa, es que sabes que por delante tienes diez horas de libertad y al regresar a casa, te dejas caer en la cama rendido, y la sensación se prolonga hasta la hora de volver a salir el sábado por la noche.
Espero que nos vemos muy pronto porque en realidad te extraño mucho. Hoy en la escuela tuve un día muy hermoso, no hice nada, solo hablamos sobre lo que hemos querido. Nosotros hemos elegido la adolescencia, el amor y el respeto. He aprendido muchas cosas interesantes sobre la vida y me ha hecho pensar mucho lo que ha dicho el profesor de rumano, que la vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla. Quiero que nos veamos para recordar todos los momentos que hemos pasado juntas, como dos hermanas que se ayudan y se ayudarán siempre.
Estoy un poquito pensativa también por lo que ha dicho el profesor de español, que siempre tienes que ser tú y que no dejes que nadie te cambie porque así como eres, eres único y especial.

Esto es todo por el momento, te escribiré muy pronto y no te olvides de lo que te he dicho, ya sé que, probablemente, lo tienes en cuenta. Al igual que todo de lo que hemos hablado ayer por teléfono sobre todos nuestras novedades. No te olvides de que yo te quiero por lo que eres, y no por lo que tienes.

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